septiembre 10, 2011

Alemania


Sterpenich- Mühlacker: 365 km (aproximación) Ver ruta

Justo cuando comienza uno a hincharse de autosatisfacción, el camino tiene algo preparado para desinflar el ego. Creía que tenía mi ruta armada y que no necesitaba más que un mapa de carretera para atravesar Alemania pero... Para empezar, hay una red impresionante de vías para hacer ciclismo y no creo equivocarme (o no por mucho en cualquier caso) si digo que sería posible atravesar el país sin compartir el asfalto con automóvil alguno pero que éstas son extremadamente escénicas y te llevan a conocer cada rincón agradable de la región y por lo tanto dan GRANDES rodeos. Por otra parte si te has acostumbrado a seguir la línea amarilla que indica carretera secundaria –usualmente de poco tráfico- y a veces la primaria – más tráfico pero factible- aquí muchas veces no es una opción agradable por la cantidad de autos que circulan y la velocidad a la que lo hacen. Ayer por ejemplo, estuve por lo menos 15 minutos mirando la carretera “secundaria” mientras llovía y terminé por decime a mi mismo –bah, me voy por la ciclo pista, pago el esfuerzo de hacer tres kilómetros extra y me ahorro el susto.

Días largos e intensos de bicicleta bajo la lluvia, media hora para comer y seguir hasta que la luz del día lo permite. Usualmente encontrar un rincón en el bosque, plantar casa de campaña y cenar algo adentro, leer, dormir, comenzar de nuevo. Sentir aprehensión al conocer un nuevo territorio y tratar de mantener la mente libre de expectativas que impidan ver las oportunidades que se presentan. Recolectar frutas y vocabulario en el camino, tratar de sacarle el máximo provecho posible al tiempo, la energía y por supuesto a los euros.

Finalmente ayer me encontré a medio día de camino de Stuttgart, después de nueve días de continuo pedalear. Tuve que resignarme al ver que el sol caía y que la ciudad no se veía más cerca con cada hora que pasaba. Ahora bien, quiso mi buena fortuna que me encontrara con Tom y su hijo en una encrucijada bajo las últimas luces del día y las últimas 36 horas con su familia han sido geniales. Pláticas sobre costumbres alemanas, computadoras, sistemas, aplicaciones, bueno… las fotos hablarán mejor al respecto. ¡Esta noche, las fiestas del pueblo, un mercado y bandas en vivo!

El plan es continuar a Stuttgart y visitar a Andre, un amigo de hace años cuando era voluntario en Francia.