junio 27, 2011

De Slátina a Novi Sad

Slátina- Osjek: 92.5 km    Ver ruta
Osjek- Vukovar: 39.5 km     Ver ruta
Vukovar- Novi Sad: 80.1km    Ver ruta


Dejando Slatina

Para el día anterior a mi salida Miska e Ivona tenían planeado algo especial: una entrevista para el portal internet que manejan y estarán publicando algunas de las notas que publique en el blog.
Ver video- entrevista (eh, ¡no se rían!)
Miska dice que debería encontrar a alguna publicación que esté dispuesta a pagar por el recuento de todas esas mañanas apresuradas, del perpetuo murmullo de los sembradíos, de los atardeceres inciertos y de las noches que casi invariablemente provocan impaciencia de volver a empezar tan pronto como amanece. Bueno, veremos.
Dejé Slatina con montones de ideas en la cabeza, dos frascos de excelente Ajvar y uno de mermelada que me dio David, preparados con maestría por su abuela. Fue un buen día aunque la rodilla derecha seguía doliendo en cada pedalear. Al acercarme a Osjiek el Tráfico comenzó a intensificarse al punto de volverse inquietante y preferí no entrar a la ciudad y buscar un lugar para pasar la noche, a unos 5km de la entrada. Encontré entre los vastos sembradíos un diminuto espacio boscoso del tamaño de una cuadra y entré furtivamente a instalar mi casa de campaña y ocultar la bicicleta. Dormí como una piedra arrullado por el canto de los pájaros, que tuvieron la decencia de callarse a eso de las 8:00 pm.

A orillas del Danubio

Entré a Osjek temprano después de recargar mis botellas de agua, lavarme la cara y lavar mi pobre paliacate en un centro comercial. Cosas que en casa son sencillas como recargar el crédito de un celular me tuvieron ocupado la mayor parte de la mañana. Mas tarde llegué al Danubio, que es una frontera natural, una vía de transporte y comunicaciones a menudo un punto clave de operaciones militares que durante cientos de años ha moldeado la vida de los pueblos que se han asentado a sus orillas y con satisfacción  me senté un rato disfrutar de la vista y posponer el asunto del celular. Llegué a Vukovar cerca de las 5:00 pm, ciudad que de acuerdo con la guía de Croacia fue una de las más afectadas por la guerra que borró del mapa la mayoría de sus afamados atractivos pero que ahora, 10 años después vuelve a tener una parte del encanto de antaño y como prueba de la destrucción solo quedan algunos edificios y monumentos que se han conservado intencionalmente. Me estaba preparando para empezar a buscar un pedacito de césped en alguna casa cuando un golpe de suerte me llevó a la mejor opción posible, una isla en el Danubio. Al subir a La Negra a la diminuta embarcación sentí un escalofrío pero valió la pena: transporte gratis, camping seguro y gratuito, terreno plano, vista inmejorable, y lo mejor… ¡un buen baño en el río!  Ah, y a la mañana siguiente los encargados del la isla me invitaron a desayunar nada menos que dos tragos de Jack Daniels y una tasa de café.

Serbia

Nuevamente huésped de de la familia de Sinisa e Ivona, Andre, primo de ellos aceptó darme alojamiento en su departamento en mi primera parada en Serbia: Novi Sad. La primera mitad del trayecto fue muy sencilla: el camino llano y sin elevaciones, no más dolor en la rodilla, un par de paradas para comer cerezas y ciruelas hasta el hastío (que no llegó pronto). La segunda mitad fue cosa distinta. Llevado por la emoción de cruzar la frontera no quise detenerme a descansar y, para el caso, comer algo durante las horas más calientes del día. Me dije que pasando la frontera encontraría un buen lugar para descansar, comer y sentirme satisfecho antes de continuar el viaje pero no encontré tal lugar. Llegué a Novi Sad con la última luz del día abrumado por el sol, el cansancio y el intenso tráfico que encontré al pasar la frontera pero al encontrar a Andre y a su “clan” en el centro comenzó otro de los buenos paréntesis que he tenido la suerte de poder hacer en este viaje.

Nota.
No recomendaría seguir la ruta que tomé al entrar a Serbia por Bačka Palanka hacia Novi Sad, por la carretera 7. Puede haber sido la hora del día pero al cruzar la frontera el tráfico se intensifica notablemente. Al llegar a Novi Sad noté en el mapa que hay una carretera menor del otro lado del ríoa la se puede acceder al cruzar la frontera y que tal vez valdría la pena probar.