octubre 05, 2011

Aspéres


 Ginebra- Alixan: 189 km Ver ruta
Nimes- Asperes 32.6 km Ver ruta


Decidirme a salir de Ginebra fue de lo más difícil. Daniel y Marion –Bueno, si cambias de opinión ya sabes que tienes tu estudio por el tiempo que quieras- y yo pensando – Bueno, y ¿Qué tal si me quedo unos días más y me hago todo el trayecto a Montpelier en tren?- Al final nos despedimos y me equivoqué al doblar la primera esquina. 

 Siguiendo la ruta que Daniel trazó en mi mapa comencé el descenso al sur de Francia, a la vez espoleado por el horror de las lluvias frías en el norte y atraído por la promesa de un otoño tardío. Sabía bien que no llegaría a tiempo a mi próximo destino, la casa de Olivier y Nadia en Aspéres (cerca de Montpelier) pero por lo menos iba a tratar de llegar lo más lejos posible antes de tener que subirme a un tren, lo cual no me agradaba nada porque en tren y con bici las sorpresas, por lo general desagradables, acechan por montones. Fue en Valence donde finalmente me subí al TGV y aunque empaqué la negra y todo según las reglas fui a caer en las garras de Brice, controlador infernal, quien ávido de autoridad fue a descargar sobre mi pobre bolsillo la onerosa pena de 50 euros por llevar una bicicleta en otra cosa que no fuera una funda apropiada. Bueno, mejor ni mencionar las cosas que deseo para él cada vez que recuerdo el incidente.

La llegada a Nimes fue una agradable sorpresa, en poco menos de una hora el clima se había transformado por completo: treinta grados, el cielo despejado, los árboles bajos y nudosos, era como haber sido transportado de vuelta a la costa Dálmata. Un fin de semana en el que Olivier y Nadia junto con sus hijos me hicieron sentir como de la familia y me llevaron a conocer los alrededores con explicación al detalle sobre las características y la historia de la zona pero me sentí aún mas como en casa cuando el domingo por la tarde comenzó a subirme una fiebre que duró intermitentemente hasta el lunes  al mediodía.
Es martes al momento de escribir esto y las alforjas aguardan bajo las escaleras. Después de pasar dos días durmiendo mis fuerzas han vuelto casi por completo pero debo salir hoy, de lo contrario va a ser difícil estar en Toulouse para el viernes, donde me encontraré con Fabricio. Prometido, hoy lo tomaré con calma.
Olivier y Nadia ¡mil gracias por haber cuidado tanto de mí!